Dos amigos. No muy lúcidos ambos dos; muchos decían en el pueblo que eran de breve entender. Tras mucho pensar y deliberar, decidieron hacer una excursión por la comarca y así conocer las montañas y ríos, laderas y barrancos que rodeaban al pueblo donde vivían.
Salieron muy temprano, ataviados con ropa cómoda, una muda y algo de comida para pasar el día. Al atardecer se encontraban tan lejos de casa que decidieron pasar la noche a las afueras. Encontraron un establo donde pasar la noche durmiendo, cubiertos de la intemperie y los animales salvajes. Estaban bastante cansados y cayeron ambos en un sueño muy profundo, pero, de madrugada, una pesadilla despertó a uno de ellos. Tan asustado se despertó, que zarandeó a su compañero para despertarle y le dijo:
- Sal fuera y dime si ha amanecido. Comprueba si ha salido el sol.
El amigo tras realizar un esfuerzo por despertarse, salió y vio que todo estaba oscuro. Volvió al establo y dijo:
- Oye, está todo tan oscuro que no logro ver si el sol ha salido.
- ¡No seas idiota! -exclamó el compañero-. ¿No puedes encender la linterna para ver si ha salido?
No hay comentarios:
Publicar un comentario