El secreto del anciano maestro

Era un anciano maestro que en su reducida celda sólo contaba con un catre y un manuscrito que conservaba en un rincón de la habitación, envuelto cuidadosamente con telas de seda. Los discípulos del maestro le habían preguntado a menudo por aquel manuscrito, pues había prohibido expresamente que cualquiera de ellos lo ojeara. Cuando le preguntaban por él, se limitaba a decir:
- Todo lo que sé lo he aprendido de él. Es muy sagrado. Me lo entregó un gran sabio tras muchos años de meditación en una cueva. Todo lo he aprendido de él.
Y así pasaron los años. Los discípulos no dejaban de mirar codiciosamente el sagrado manuscrito, allí dejado en el suelo, en una esquina de la celda, envuelto y con exceso de polvo.
Un día el maestro falleció y no transcurrió ni un sólo minuto, cuando ya estaban todos los discípulos abalanzándose sobre el manuscrito, ansiosos por hallar las claves secretas donde encontrar la dicha interior y la sabiduría, pensando que así podrían evitarse muchos esfuerzos y horas de meditación.
Ansiosos, rasgaron las envolturas de seda que rodeaban al manuscrito. Lo abrieron y comenzaron a pasar las hojas. Absortos, fueron comprobando que todas estaban VACÍAS. Todas excepto la última donde sólo había una frase. Con decisión la leyeron, y decía:
- Cuando estéis tan vacíos de ataduras mentales como las páginas anteriores, habréis hallado la verdadera dicha, pero para llegar a ella tendréis que esforzaros día a día en el adistramiento personal sin desfallecer. Yo recibí este manuscrito de mi maestro. TODAS las páginas, incluso esta úlitma, estaban vacías y en seguida comprendía cual era su instrucción. En un grado de compromiso hacia vosotros por las constantes peticiones que me habías hecho durante nuestro largo trayecto y por si no sois tan sagaces, os he escrito estas líneas, que seguro, anhelamente, estáis leyendo antes siquiera de amortajar mi cadáver. No cejéis en vuestro empeño. "La liberación no es para los holgazanes". Con amor, vuestro propio ser.
Firmado.
El maestro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario