Había una vez un hombre que había hecho siete máscaras y las usaba permanentemente. Un día entraron ladrones a su casa y las robaron. El hombre, desesperado, comenzó a seguir a los ladrones gritando:
-¿Ladrones, ladrones, ladrones, devolvedme mis máscaras, no os las llevéis!
Los ladrones corrían y corrían, y el hombre los seguía por toda la ciudad.
En un determinado momento, los delincuentes empezaron a trepar por un edificio y el hombre levantó su rostro para verlos. Por primera vez los rayos del sol dieron en su cara y, entonces, por primera vez, sintió el calor del sol.
En ese momento, ese hombre que hasta hacía unos instantes lloraba por sus máscaras, comenzó a gritar:
-¡Ladrones, benditos ladrones que me han robado mis máscaras!
Jalil Gibran
Ejemplar
ResponderEliminarno entendí
ResponderEliminarY que pasó despues.?
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