Había un hombre que tenía una bolsa delante y otra detrás. Un grupo de gente que le observaba su andar, al acercarse a ellos le preguntaron:
- ¿Qué tienes ahí delante?
- Aquí, en esta bolsa, tengo las cosas malas que me han pasado, para recordarlas y analizarlas -respondió.
Asombrados, por la respuesta, preguntaron por la otra bolsa, la que tenía detrás, a lo que el hombre contestó:
- En esta otra bolsa -la de atrás-, tengo las cosas buenas que me han pasado y que, cada tanto, miro.
El hombre siguió su camino y el grupo de gente se quedó en corrillo. Al rato otro hombre que también pasó por allí con dos bolsas le preguntaron:
- ¿Qué tienes en esa bolsa de ahí delante?
- En la bolsa de delante tengo las cosas buenas que me han pasado para recordarlas en todo momento y ser agradecido por ello -respondió.
- ¿Y en la bolsa de atrás? -preguntaron todos al unísono.
- En la bolsa de atrás, las cosas malas que me tocan cargar -les dijo.
Un tercer hombre que llevaba el mismo camino que los dos anteriores, fue consultado de igual manera:
- ¿Qué llevas en esas bolsas, en la que llevas delante y la de atrás?
El tercer hombre respondió casi igual que el segundo:
- En la bolsa de delante tengo todas las cosas buenas que me han sucedido, mientras que en la de atrás llevo las cosas malas.
- Pero si la de atrás está vacía -dijo una de las personas que era muy observadora, y entonces preguntó- ¿Cual es el motivo?
Y el tercer hombre resondió:
- Es que rompí la bolsa de atrás y cuando tiro algo malo dentro, se cae.
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