Una mujer desesperada le dice al rabino:
- Ya no sé qué hacer. Mis cinco hijos y yo vivimos apretujados en una vivienda de una sola habitación, una cocina minúscula y el baño lo compartimos con el resto de los vecinos del edificio.
- ¿Tienes cabra?- pregunta el rabino.
- Sí- responde intrigada y confundida a la vez la mujer.
- Pues métela en la habitación.
- Pero cómo vamos a vivir así?- le replica la mujer.
- Haz lo que te digo- insiste el rabino.
La mujer obedece, pero al poco tiempo vuelve ante el rabino con la siguiente queja:
- Rabino, con la cabra, la cosa es imposible. Nuestra vida es infernal.
- Saca la cabra- le dice el rabino.
Ocho días después, la mujer regresa al encuentro del rabino y agradecida le dice:
- No sabe qué a gusto vivimos ahora.
Cuento judío
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