El maestro que nunca supo que fue maestro

Un niño de corta edad estaba jugando con un barquito en el lago. Ensimismado en su juego, no prestaba atención a lo que le rodeaba. Un hombre que pasaba por allí, lo vio y se acercó hasta él y comenzó a hablarle y hacerle algunas preguntas, pero el niño estaba tan absorto con el ir y venir del barquito en el agua del lago que ni siquiera se percató en que había un hombre junto a él.

El hombre al percatarse de la actitud del niño, se postró ante él y le dijo:

- Chavalín, te acabas de convertir en mi maestro. Ojalá que cada vez que requiriese de un estado de máxima atención, pueda estar tan concentrado como tú lo estás ahora, ser capaz de dirigir todos mis pensamientos a la tarea que me encomiende y nada pueda distraerme. Sí, eres mi maestro.

Mientras el hombre le decía esto, el niño seguía contemplando, embelesado, el barquito surcando las aguas del lago.

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