- ¿Dónde estabas tú, camarada Kruschev, cuando fueron asesinadas todas esas personas inocentes?
Kruschev se detuvo, miró en torno por toda la sala intentando identificar al dueño de esas palabras, y al no encontrarlo dijo:

- Agradecería que quien lo ha dicho tuviera la bondad de ponerse en pie.
La tensión se podía mascar en la sala. Pero nadie se levantó.
Entonces dijo Kruschev:
- Muy bien, ya tienes la respuesta, seas quien sea. Yo me encontraba exactamente en el mismo lugar en que tú estás ahora.
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